Rotundo
Todo comienzo lleva amarrado un ejército de dudas, una legión de aficionados que ponen reproches a un buen resultado, a un goleador sin gol o a un portero sin dudas.
El domingo fue la contundencia la que desarmó al más pesimista e hizo nacer al cauteloso. Porque cuatro goles no se hacen a diario y menos aún dando una imagen de equipo solvente y trabajado. Y de eso tiene la culpa Machín, un entrenador sensato, de ideas claras y sin prejuicios de ningún tipo.
Ante el Rayo se vieron dos extremos que no pararon de atacar, destacando a un Navas por el que no pasa el tiempo. Pudimos ver que Roque Mesa tiene materia de líder o que el Mudo Vázquez, parece que no juega pero, a veces como ayer, está presente en la mayoría de jugadas de ataque. De Sarabia hay poco que decir: Renovación inmediata.
Mención a parte para André Silva, su carta de presentación ha cerrado la boca a más de dos, ha tranquilizado a otros y ha demostrado que es uno de los delanteros que exigía el entrenador: con movimientos y que haga jugar a la segunda línea.
Inmejorable comienzo que se debe ir corroborando a medida que las jornadas avancen y que se complete una plantilla lo más ancha posible en las que la velocidad, el temperamento y la competitividad sean las mejores armas para que el ejército se atrinchere.
Foto: J.P. Gandul. EFE. Diario de Sevilla.