La velocidad de las ideas
El mundo del fútbol está lleno de velocidad. Los aficionados siempre quieren más partidos, algunos ni siquiera aguantan las semanas de descanso cuando solicitan nuevos partidos ya sean amistosos u oficiales.
El domingo la velocidad fue una de las rémoras del equipo, no sólo la física sino la mental que a veces es más importante que la primera. Las ideas se morían al llegar a la orilla del área donde De Jong la bajaba, fijaba a los centrales pero no encontraba compañeros que le ayudarán en su isla.
Tampoco sabemos qué idea de partido tenía en la cabeza Lopetegui dado que Munir y Rony Lopes se quedaron en la grada dejando como alternativas las de Chicharito y Nolito que entra por los ojos de los entrenadores sin saber muy bien por qué.
Ante un Madrid lento se necesitaban unas bandas de fórmula 1 y ahí también estuvo el punto débil. Navas y Ocampos lo intentaron pero cuando el físico no le jugaba malas pasadas, eran sus centros que no terminaban de sobrepasar el bosque de piernas madridistas o que no encontraban a ningún sevillista viviendo en el área.
Y por último nos encontramos con la velocidad de la cordura, aquella que reina en el fútbol desde que los ingleses inventaron este deporte. Aquella que dice que un jugador, Reguilón por ejemplo, es Dios disfrazado de sevillista y ayer más de uno le criticaba por no meter la pierna y otros que veían hace dos días un equipo con el que soñar cosas importantes y ayer le faltaron dos tuits para pedir la cabeza del entrenador.
Foto Antonio Pizarro. Diario de Sevilla.
