¿Comenzar de nuevo (otra vez)?



Siempre que una temporada comenzaba a uno le revoloteaban las mariposas de la ilusión. Ya desde principios de junio uno tenía la esperanza de que ese año sí acerteríamos en más fichajes, que sabríamos darle salida a aquellos jugadores que no habían rendido lo esperado y que por fin podríamos ver de nuevo a un Sevilla encaramado en los puestos europeos.

El problema es que el discurso que le pudimos escuchar a Del Nido hace varias semanas es prácticamente calcado al que hizo hace apenas un año. Con la afición cada día más caliente, porque ve que no hay responsables en las altas esferas, sí los habrá entre los obreros, es decir, mover los muebles de la casa pero no tocar los cimientos para sustituir o fortalecer la estructura. Por lo que se presenta una temporada que no es precisamente muy ilusionante.

Aún queda mucho verano por delante, algunos fichajes por hacer (sustituir a Navas y muy probablemente a Negredo será muy difícil) quedan jugadores que deben salir sí o sí, (Hervás, Stevanovic, Babá, Del Moral) y hacer real esa renovación que el presidente dijo que haría en los próximos tres años. Hay que limpiar la casa, de arriba a abajo, porque si la plantilla no ha estado a la altura de las circunstancias, ¿alguien será el responsable de ello? y los máximos son Del Nido y Monchi, ningún de los dos se moverán del sillón, es más, con el tono prepotente y algo nervioso del presidente podríamos decir que la autocrítica se hace de puertas para afuera, pero hacia adentro no se mueve nada. Y así el equipo se está yendo por una senda muy peligrosa.

La etapa de Del Nido y Monchi ya terminó, el desgaste de ambos le está haciendo mucho daño al club, problemas personales, errores en los fichajes y por ende, malas clasificaciones, deberían de abrirle los ojos a más de uno en la planta noble del Ramón Sánchez Pizjuán, pero no es posible, siguen con la venda puesta como si estuvieran esperando a que la realidad se la quitara.

El discurso de hace varias semanas, es bienintencionado, el problema es que cada vez menos gente lo cree. Cada vez son menos los que piensan que este año sí se contará con la cantera, mientras nos tenemos que tragar, no sólo que nuestros canteranos se van y no los podemos disfrutar (en parte porque el club no ha puesto mucho interés en que sea así, y no me estoy refiriendo a tener un equipo 100% canterano como dijo Monchi) no sólo porque está siendo una solución económica para el club, sino que además vemos como desde las categorías inferiores se acumulan éxitos que no sabemos si acabaran sobre el césped de nuestro estadio o se terminarán yendo a otros lares donde sí tengan más oportunidades. Un gesto simbólico y esperemos que significativo fue la entrega por parte de Palop de su camiseta al portero benjamín.

Por no hablar de la desaparición del escudo oficial en las camisetas o de la idea de suprimir el carnet infantil que, gracias a la presión social, parece que se va "negociar" de otra forma. Por tanto no es sólo la cuestión meramente deportiva la que está en juego en los últimos años, sino también la institucional, la manera de gestionar el club ha dado un cambio tan brusco que hace que la afición esté demasiado preocupada, demasiado escéptica y un tanto sensible ante cualquier circunstancia adversa.

Desde este momento comenzamos a pensar en el futuro, creemos que el club tiene que renovarse -y esto lo llevamos pensado desde 2010- limpiar el vestuario, dotarlo de gente joven y de varios expertos que abanderen el proyecto, llámese Navarro o Rakitic, conformar una plantilla -y no sólo un once- que compita de verdad en las tres competiciones que tenemos por delante, encomendarse a personas de valía, tanto en los despachos como en el campo, que tenga hambre, que tenga ilusión y si encima son sevillistas -y los hay-  mucho mejor.


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