Esto del fútbol
Urge poner un servicio de psicólogos de guardia para todos aquellos aficionados que vean un partido como el de ayer.
Porque desde luego a alguien hay que contarle el por qué nos sigue gustando este equipo, qué tipo de masoquismo nos lleva a estar deseando a que llegue un partido después del desastre del anterior, cómo es posible.
Lo de ayer fue de traca de las caras. El triple salto mortal de los chicos de Lopetegui. Si no era suficiente con el VAR del jueves, con las superioridades que se dejan escapar por el desfiladero de la ineficiencia, el partido ante Osasuna colapsa a cualquier funambulista.
Pero parece que nos sigue poniendo el riesgo de poder caer del lado malo de la incertidumbre, de estar en ese filo sentimental que te hace odiar al Sevilla los lunes para volver a quererlo los demás días.
Aunque cuidado, no podemos abrigarnos con el resultado y decir que no hace frío. Hay agujeros que coser y hay vientos por Nervión que cada vez silban más fuerte claro que cualquiera no tiene la suerte de contagiarse de este virus.
Foto. Antonio Pizarro. Diario de Sevilla.
