Crecer
Cuando tuve conciencia de lo que significaba ser sevillista, Monchi ya estaba en el club. Y eso ya indica la edad que tiene "la parte Norte" de AltaNorte.
El portero suplente de cabecera que después se retiró en el ascenso contra el Villarreal tras dos años en segunda. De lo primero que celebró una generación que pocos años antes jugó en Europa.
Fueron años malos. Del 97 al 2001 tocó vivir una etapa de inestabilidad. Y se formó una plantilla con poco dinero. Como lo llamó Lopera: «El equipo de los 20 duros» entre ellos Pablo Alfaro, el más duro de todos, valga el juego de palabras. Hoy día nos llamarían el equipo de Primark o de AliExpress. Existían unas deudas que no se aclararon hasta la venta de José Antonio Reyes en enero de 2004. Bonito año aquel, en el que jugamos unas semifinales de Copa y volvimos a jugar la UEFA.
En ese periodo de 7 años, entonces parecían lejanos y hoy 7 años no son nada, hubo cambios en la directiva, en los accionistas, en el banquillo y en la plantilla. Pero Monchi está como denominador común y seguía perteneciendo al club. Es el mismo hombre que sirve de nexo entre todos los títulos que hemos ganado en el s.XXI.
Es lógico que el sevillismo idolatre a Monchi, con sus pros y contras. Es parte importante del desarrollo deportivo del club, por ello, por tanto, hay que darle las gracias...
Pero parece que se va y que cobrará bien por su trabajo. Y el mundo aparenta ser un abismo, como quien no sabe qué hacer cuando su pareja lo deja. Sin saber si conocerá alguien mejor o si el amor siquiera volverá. Hay que desprenderse del apego y madurar. O eso se supone que significa crecer: despedirse.
Sin embargo, un solo hombre no sostiene al club. Es momento de tomar decisiones y que los sevillistas defendamos más que nunca la idea que nadie es imprescindible menos el propio sevillismo, que día y noche jamás pararemos de animar. Por supuesto. Nos lo debemos a nosotros y a quienes nos hicieron sevillistas.
¡Viva el Sevilla! Y feliz día de San Antonio.
