Antimadridismo
Y cuando crees que el vaso está a rebosar...
Antimadridismo significa estar en contra de lo que diga una mayoría donde entra en parte un gran número de personas que eligen de manera consciente y racional su equipo de fútbol en base únicamente de ser simplemente el que más gana. Sevilla es una aldea gala donde resiste el sentimiento y el sentido de pertenencia por lo autóctono. Y para mí el Sevilla Fútbol Club es una más de las representaciones y exportaciones de la capital de Andalucía.
Cierto es que no elegí ser sevillista porque es algo que me viene de cuna y en mis venas corren como glóbulos los colores del escudo donde aparece San Fernando. Sin embargo precisamente el amor a mis colores fue lo que me hizo darme cuenta un día que significa ser antimadridista.
Y a mí lo que me duele es que me toquen mi casa y ver cómo de forma injusta año tras año y de manera sistemática se suceden los detalles para que uno sepa y no acepte que hay equipos y luego estamos los demás.
Ser antimadridista es cosa de unos pocos porque por desgracia la herencia más oscura de este país sigue siendo la sombra de la mano que decide y desecha. Donde catetos abrazateles se jactan que Goliat casi siempre vence a David. Como si tuviera mérito o algo, ¿sabes?
El antimadridismo es necesario como necesarias son las revoluciones ante las dictaduras. Blanco y en botella.
Y cuando crees que el vaso está a rebosar... te das cuenta que siempre cabe más.